viernes, 22 de mayo de 2015

44 sin pena ni gloria

Es lo que tiene este país, que cuando ya crees haberlo visto todo, te sorprende con una nueva absurdez. 
Dejé para última hora la preparación de mi "desayuno cumpleañero especial", así que la noche antes bajé a la mini tienda que tenemos en el campus (el supermercado más cerca está a media hora de autobús) con la esperanza de encontrar algo parecido a los cereales de chocolate y el champán, ingredientes originales de mi desayuno de cumpleaños. 

Y esto fue lo que encontré sin buscar mucho:


- Galletas con forma de hueso. Imagino que habrán pensado: "ya que nos comemos a los perros, ¿por qué no comernos su comida también?
- Vodka con zumo de frutas en una botella de Hello Kitty, porque nunca es demasiado pronto para empezar a beber alcohol.



- Galletas con montañitas de colores que compré como plan B, en caso de que las primeras, que parecían comida para perros, fueran en realidad eso, comida para perros.


La combinación no estaba mala del todo, gracias al toque "frutal" del vodka. Las galletas de perro aguantaron duras todo el desayuno pero las de colores se disolvieron al segundo.


En fin. Un año más de desayunos absurdos en Chinolandia y esta vez, gracias a los cielos, es la última. A finales de julio recojo trastos y me despido de este incomprensible, insalubre e insoportable país. 

viernes, 13 de junio de 2014

Decíamos ayer...
















Pues mientras me llegan las ganas de escribir algo con sentido, ahí van unas foticos de mi último paseíllo.


La primera vez que visité Hong Kong le cogí una manía tremenda a ese "lugar" (provincia china, país,  archipiélago, zona económica especial,...nadie sabe muy bien lo que es). 
Como quedó registrado en este blog, recién llegada de la calma, el fresquillo y la belleza de Alaska, el encontronazo con la húmeda, calurosa, sucia, ruidosa y superpoblada Asia me dejó al borde de la apoplejía.




Claro, que lo que yo no sabía por aquel entonces era que lo peor estaba por llegar: el resto del país,donde sobrevivo a duras penas desde hace ya dos años.
Y ahora me encuentro escapando a Hong Kong cada vez que puedo porque comparado con mi realidad diaria es todo un oasis de orden, lógica, razón y sentido común, cosas de la que andamos muy escasos en Mainland China.




El caso es que he descubierto que Hong Kong es ciudad, luces y rascacielos, que no me atraen nada, pero también islas espectaculares y solitarias donde puedes perderte por la montaña dos días sin ver a nadie y achicharrarte en la playa con la sola compañía de algún mosquito puñetero.




El campus donde vivo (poco) y trabajo (menos) se inundó con las recientes lluvias, nos evacuaron semi-voluntariamente y cancelaron las clases, así que me fui a visitar la isla de Lantau, famosa por alojar el aeropuerto internacional de HK y un enorme Buda de bronce (34 metros), entre otras cosas.




Algún espabilao me dijo que la salida del sol desde la cima de esta montañita (Lantau Peak) era espectacular y yo, que me lo creo todo, me cogí la linterna y me puse a caminar cuesta arriba a las 4 de la noche, al borde de la lágrima por el miedo que tenía al estar caminando por medio del bosque a oscuras y solita. 
  


A la media hora se me olvidó el miedo y me concentré en no morir en el intento, porque el jodío camino es empinado de narices y entre la oscuridad y la niebla que lo cubría todo no veía a más de un metro de mis morros. Las fotos son de la vuelta, ya con luz de día, imaginad la ida con la mini linterna...



Lo mejor fue llegar a la cima a punto de vomitar por el esfuerzo (ya estoy mayor) y ver esto a mi alrededor: 


Se supone que las vistas son espectaculares: el mar en toda su inmensidad, el resto de la isla de Lantau, Macau a lo lejos... Pues eso es lo que yo vi. Nada a un lado y nada al otro. Me quedé un rato para ver si se levantaba la niebla pero nada. Estaba empapada por el sudor y la nieblina y el viento amenazaba con "ayudarme" a bajar más rápido de lo que resulta saludable así que me fui para abajo, a tirarme en la playa y torrarme bien torrada en tierra firme. En fin


Al día siguiente fui a Tai O, un antiguo pueblín de pescadores que se ha convertido en atracción turística pero donde todavía te puedes perder y ver... ¡Delfines blancos! Bueno, son rositas pero los chinos, que viven en un estado de confusión permanente, los llaman 'delfín blanco'. Al parecer quedan menos de 70 individuos de este tipo en el mundo, pobres. Y yo, que soy una chica con suerte y algo agorafóbica, encontré uno al huir de los turistas y subir a la colina más alta que encontré. Estaba un poco lejos pero... ¡es lo que hay hasta que me compre un objetivo para la cámara!




Desde aquí arriba vi a mi delfinillo. Son feuchos, la verdad...


Más fotos del extraño pueblo de pescadores. Las casas son metálicas, cosa que me parece un claro intento de suicidio colectivo teniendo en cuenta que el termómetro no baja de los 35 grados ni de día ni de noche. Ellos sabrán lo que hacen.















Eso último son yemas de huevo de pato rociadas con sal y puestas a secar al sol, una especialidad de la zona. Deben estar buenísimas (de que no), todavía no he tenido el gusto de probarlas (ni el interés por hacerlo).
Y hablando de comida, esto es lo que te pasa en China cuando pides un plato de arroz frito con verdura y piña porque no quieres comer carne:



Le pregunté a la cocinera que por qué me había puesto pelo de oveja en mi comida y me dijo que era carne hilada. Encima sabe dulce. Y no es la primera ni la será la última vez que me lo hacen, esta gente pone pelos de esos de carne donde menos te lo esperas. Durante mi primer año estuve comiendo una especie de bollo dulce para desayunar todas las mañanas. Pensaba que lo de la superficie era huevo hilado. Hasta que alguien me avisó de que era carne de cerdo. ¡Qué país más cansino, dios mío, qué país!



 


jueves, 22 de mayo de 2014

43





 

Cuando sepa por qué no escribo, por qué no sueño, por qué no vivo, os lo cuento, prometido. 

miércoles, 3 de julio de 2013

Desde mi vagancia



Inmersa en un asumido estado de vaguería total, el día de mi cumple me dije: "tengo que contar a estos chicos qué ha pasado por mi vida durante un año entero... ¡Qué pereza! Mejor pongo unas fotillos y una musica chula y a correr".
Error.
Las huellas dactilares me he dejado intentando editar mi primer vídeo. Habría tardado menos contando día a día los pormenores de los últimos 12 meses.  A gusto se quedó el que creó Windows Movie Maker, vaya patata de programa. O torpe que es una. En fin.

Que todo ha quedado en un par de fotillos para ir abriendo boca. Porque tengo intenciones de seguir  intentándo lo del vídeo. Pero ahora no que me viene mal. Llego tarde a... Filipinas.
En una hora sale el autobús hacia Shenzhen y mañana de allí a Hong Kong para volar hasta Manila. Esto es todo lo que sé, lo demás, sorpresa.
No me llevo el ordenador, así que ni aún queriéndo podré actualizar el blog.
Más a la vuelta dentro de tres semanas. Maybe.

lunes, 20 de mayo de 2013

42!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¡He vuelto!

Cerveza sabor a piña, cereales parece-chocolate-pero-no-lo-es y ... palillos chinos, que es lo que toca por estas tierras.



Sé que no me vais a creer pero... ¡está rico!


miércoles, 30 de mayo de 2012

41


Mi cumple. Hace una semana. Sin cereales de chocolate, sin champán, sin pastel, sin velas, sin cámara de fotos. Sin pena ni gloria. 
Pero con una cervecita Tsingtao frente al Río Perla, en la ciudad de Guangzhou, sur de China. No está mal.
Me vine hace un mes y medio a buscar trabajo y parece que lo he encontrado. Si todo sigue su buen curso, empiezo en septiembre en la Sun Yat-Sen University como profesora de español. ¿Por qué no?


La penosa foto está hecha  con la webcam de mi portátil y esta mini-entrada es posible gracias a un proxy prestado que se ha saltado a la torera la censura de este país.