jueves, 23 de febrero de 2012

Un sueño más, un sueño menos




Tras más de cuatro meses intentando ser sensata, racional, previsora y todo eso, me salió la loca que llevo dentro y me subí a un avión para hacer realidad uno de los pocos sueños que me quedaban por cumplir: ver la Aurora Boreal. Me hubiera encantado que fuera Alaska, así de paso recuperaba un trocito de corazón que me dejé por allí, pero solo he llegado a Suecia, Abisko, para ser más exactos



Espectacular todo. No hay imágenes que puedan explicar lo que se siente cuando Doña Aurora acude a la cita (Y menos imágenes como las mías, tomadas con mi pobre cámara podrida, sin trípode y a unos muchos grados bajo cero. Es lo que hay. El que quiera peces, que se moje el culo).



Luego está la parte de las Fatigas. Cambiar de tren porque una tormenta de nieve inmoviliza al tuyo: Que llegues a tu estación y luzca así: Que dos días después te cambies de hostal en plena ventisca y sea la casa aquella del fondo (casi no llego, me volaba incluso cargada con la mochila): Mañana más, que la noche está despejada y me voy al lago, a ver si pillo despistada a la Doña y se deja hacer unas fotillos.