lunes, 12 de abril de 2010

El cerdo es otro

Pues según pasan las horas toma cuerpo la teoría de que no se trata de un virus cabroncete, sino más bien de un pseudo-humano, macho o hembra, con serios problemas de comportamiento. La probabilidad de que me esté "atacando" un alguien con muy mala leche y ganas de hacerme daño son muy altas. Lamento una vez más los inconvenientes personales que todo esto os pueda causar y al tiparraco en cuestión, él o ella, le deseo mucha suerte. La necesita toda para que no me entere nunca de quién ha sido.
Por cierto, la jugada te ha salido fatal, con tu sucia maniobra estoy recuperando a gente con la que había perdido el contacto y a la que graciosamente has enviado un correo en mi nombre. Gracias (pero ve buscando un escondrijo).

Como un cerdo

Abierta en canal y mostrando mis entrañas, así me siento media hora después de saber que un virus cabrón ha infectado mi correo electrónico y se ha dedicado a mandar mis mensajes, escritos y recibidos, a diestro y siniestro. Os he avisado a unos pocos para que no los abráis, más que nada para que no se propague la infección. Pero sé que muchos, por despiste, curiosidad o sorpresa habéis leído mensajes que no iban dirigidos a vosotros o que me habían escrito a mi.
Se supone que en plena era cibernética no hay secretos y eso debería tenerlo asumido. Lo cierto es que me siento fatal, como si hubieran violado mi intimidad más íntima.
Esto es parte un aviso para que no abráis mis mensajes y en parte un ruego con el mismo objetivo.
Gracias