martes, 11 de enero de 2011

¡Qué guay, Hawái!




Pues en Hawái estoy, en Maui para ser más exactos, aunque tengo que repetírmelo un par de veces al día para acabar de creerlo. Antes de empezar a contaros lo increíble que es esta isla, quiero dejar constancia de una verdad tan cierta como poco conocida: ¡¡¡esto está a tomar por ... de España!!!
Haced la prueba con la primera persona que encontréis y veréis la diferencia:
- "Me voy a Australia."
-"¡Hala, que lejos!"
- "Me voy a Hawái."
-"¡Hala qué guay!"

Pues no, amiguitos, Hawái está tan lejos y tan alejado de todo como Australia o más. Y todavía más lejos siguiendo los dictados de una nueva ley de la física que he descubierto durante este viaje: 'La distancia entre dos puntos A y B aumenta de manera inversamente proporcional al poderío económico del viajero'. Me explico: si tienes pasta te subes a un avión en Valencia y cuando te quieres dar cuenta estás aterrizando en tu isla preferida. Si no tienes, empieza el festival de las escalas... Para que os hagáis una idea de mi perennemente catastrófico estado monetario os cuento que, para mí, Maui está a:

-Una hora de coche Gandía-Valencia. Con mi hormonilla Mariam de copiloto-dj, su recién estrenado marido Jota al volante y mi madre como imprescindible acompañante, nos echamos unas buenas risas a ritmo de La Fuga. Eran las 5 de la mañana de mi segunda noche sin dormir y todo parecía irreal y divertido.

- Cuatro horas de bus Valencia-Madrid con mi vida en manos de uno de esos frustrados pilotos de rally que acaban conduciendo autobuses. La madre que...

-Media hora de metro y una más corriendo por los interminables, ilógicos, inhumanos e inhóspitos pasillos de la T-4 de Barajas. Richard Roges, ya te vale...

-Ocho horas y pico de incómodo vuelo Madrid-Nueva York. ¿Qué ha sido de esas azafatas jóvenes, desnutridas y elegantes rebosando simpatía? Las de mi vuelo me sonrieron una vez por error e insistían en hablar en castellano al pobre americano sentado junto a mí, dando por supuesto que si yo las entendía, él también. Tres veces les advertí de que no viajábamos juntos, que el roce hace el cariño pero que no está comprobado que por permanecer 8 horas codo con codo acabes hablando el idioma de tu compañero de vuelo. Ni caso. Cero maquillaje, pelos a lo loco y uniformes pidiendo a gritos un lavado. Luego vuelas con Singapore Airlines o Malaysia Airlines y lo flipas...


-Media hora retenida en Inmigración en el aeropuerto JFK de Nueva York. Sí. Otra vez soy sospechosa. La razón: Mi nombre es demasiado normal. O al menos eso es lo que me dijo el tiparraco uniformado con cara de haber comido algo muy agrio que me retuvo el pasaporte y me llevó a una oficina donde otros pseudo-polis teclearon no se sabe qué en sus ordenadores durante un buen rato antes de dejarme entrar en Estados Unidos. No me dirigieron la palabra ni la mirada en todo el tiempo. ¿Qué le pasa a esta gente, en serio?

- Seis horas y pico de vuelo con American Airlines de NY a Los Ángeles. Esta vez las azafatas nos repartieron unos vasos de agua y se tumbaron en los asientos de las últimas filas a dormir. No se supo de ellas hasta la hora de aterrizar.

-Nueve horas en el aeropuerto de Los Ángeles, las dos primeras buscando un sitio donde ducharme. Conociendo a mi amigo David, había muchas posibilidades de que me recibiera con uno de esos collares de flores tan folclóricamente hawaianos. Y me preocupaba que después de tanto kilómetro acumulando mierda internacional, las pobres flores se mustiaran instantáneamente al contacto con mi mal-oliente piel. No encontré duchas pero me lavé estilo vaquero en los lavabos del aeropuerto: vas desvistiendo y lavando un trozo de tu anatomía cada vez, pelo incluido. Y menos mal, porque al final tuve mi lei , que se ve en la foto de la otra entrada. Un detallazo que me encantó. Gracias, David.
Por cierto, a las 5 en punto de la mañana abrieron el Starbucks y a las 5,05 todo el mundo iba por la terminal con su vaso de café en la mano. ¡Qué vicio tiene esta gente! Si las teorías de la evolución y la adaptación al medio son ciertas, a los estadounidenses debe estar apunto de crecerles una tercera mano para aguantar el café. ¡Lo llevan siempre encima! Por la calle, conduciendo, de compras... Las azafatas de American Airlines nos recibieron en la puerta del avión mientas se tomaban su cafetito y una de las que más tarde tiraba del carro de las bebidas iba bebiendo el suyo al mismo tiempo! Hasta los carritos del supermercado tiene un dispositivo especial para sujetar las bebidas.¡Qué país!

-Seis horas y pico más de avión Los Ángeles-Maui. Mar, mar y más mar por la ventana y para leer un folleto de venta por correo que no tiene desperdicio. Copié las ofertas más kafkianas y prometo pasarlas pronto a este blog. No os lo vais a creer... Mañana más.

5 comentarios:

AMPARIVI dijo...

Hormonilla....si que estás lejos...La virgen!!!! Me encanta tu experiencia. Sigue escribiendo que soy fiel a tu Blog. Mua te quiero.

Anónimo dijo...

ole ahí!
Esta es la Sauni que el mundo echaba de menos! Gracias por estar de vuelta y espero ansioso tus nuevas entradas y segir teniendo noticias de tu aventura vital. El Tío Matt "el viajero"? ...ese era un aficionado, hombre!

1 Besote

Eburnis

unai dijo...

Voy a probar a escribir en esta historia, la primera vez no me dejó porque no se que palabra no reconocía..
Por cierto, esto lo lee todo el mundo?? hasta en australia que está tan lejos?? entonces no pondré todo lo que pienso..politicamente correcto, politicamente correcto..
Pero tú no te ibas a Mongolia a aprender ese idioma gutural que tanto se parece al nuestro?? me imagino que hawuai pillará de paso y por eso habrás hecho esa escala, o la otra opción que se me ocurre es que eres como los Etxebeste que decían que se iban de vacatas y se quedaban escondidos en su casa con mogollón de pelis y rayos UVA..Vamos a hacer una prueba, me creo que estés tan lejos si me dices si las cabras ahí llevan ese cinturón de flores..bueno ya de paso me comentas si hay pracipicios en Hawuai o en la isla que estás no es esa donde los jóvenes para dejar de serlo hacen puenting con las lianas..
Pues si consigo que esto lo leas, te mando un besazo gigantesco, desde el centro del mundo y pásalo muy bien y todo eso que se dice..
También por si lo lee la maña otro para ella..

Helena dijo...

Poesía:
Recibo el abrazo de Unai,
aunque preferiría un pasaje a Hawai.

Cristina Marí dijo...

Qué bien te lo montas, a pesar de las azafatas chungas, las infinitas horas de vuelo, las movidas por llamarte como te llamas con los yankis y las duchas parciales en aeropuertos del mundo...!!!!! Dios, qué dientes más largos se me acaban de poner!!!