









Es un lugar de gentes profundamente religiosas que no creen en nada ni en nadie pero erigen templos para sus mejores caballos y veneran al fuego, el cielo, la tierra...



Apunte místico-cultural: En lo alto de las colinas, intersecciones de caminos y pasos montañosos, los mongoles colocan un ovoo apilando piedras o ramas. Es un símbolo religioso del shamanismo y del budismo y los viajeros deben dar tres vueltas siguiendo la dirección de las agujas del reloj para garantizarse un trayecto sin problemas. En cada vuelta arrojas una piedrecita o un trozo de madera. También puedes depositar una donación en forma de dinero, caramelos, botellas de vodka, huesos de animales, pañuelos ceremoniales ... Hasta una muleta vieja vimos en uno.



Disfrutad hoy de los paisajes, en el próximo capítulo os hablo de las personas. Como aperitivo, la sonrisa de la arisca leñadora preadolescente:
